Como existen tantos prejuicios sobre el homosexualismo, las personas del colectivo LGBT muchas veces prefieren mantener secreta o negar su orientación sexual o identidad de género por temor al rechazo y a la represión. Comúnmente, se dice que estas personas viven dentro del clóset o dentro del armario. Es una metáfora para definir su condición.
Cuando una persona gay se llena de valentía y revela su orientación sexual de manera voluntaria y pública, entonces está dando el delicado paso de “salir del clóset”, ya que está cansada de ocultarse y quiere vivir una vida honesta.
En otras palabras, significa descubrirse, salir de la clandestinidad y asumirse como gay o lesbiana
Pero salir del clóset no es un proceso homogéneo e instantáneo para todos. De hecho existen varios niveles:
1) Salir del clóset con uno mismo
Las personas gay a veces reprimen tanto su homosexualidad que no están conscientes de ella o se niegan a aceptarla y luchan contra su naturaleza.
Cuando esta persona finalmente reconoce que siente atracción hacia otra persona del mismo género en el plano emotivo, romántico, sexual y afectivo, entonces ha salido del clóset consigo misma.
2) Salir del clóset con los amigos
Las personas gay que aceptan su orientación sexual, muchas veces mantienen dos vidas paralelas, una con sus amigos gay en la que pueden ser auténticas, y otra con su entorno heterosexual, en el que se continúan ocultando. Después de un tiempo, si tienen la fortaleza emocional, revelan a sus amigos heterosexuales su orientación sexual. Por lo tanto, han salido del clóset con los amigos.
3) Salir del clóset con la familia
Uno de los momentos más difíciles en la vida de una persona LBGT es declarar abiertamente su orientación sexual o identidad de género a sus padres, hermanos y demás familiares.
No hay nada que duela tanto como el rechazo de un ser querido, por eso muchos prefieren seguir ocultando una parte tan integral de ellos mismos hasta que un día optan por ser sinceros y decirles la verdad.
4) Salir del clóset con la sociedad
Cuando una persona LGBT es totalmente abierta sobre su orientación sexual o identidad de género, es decir, no se la oculta a los amigos, a la familia, a los colegas, a los vecinos, entonces es alguien que ha salido del clóset con la sociedad, pues no tiene nada que temer porque finalmente se ha aceptado a sí misma.
Cada quien a su propio ritmo
Salir del clóset es un proceso personal ya que es una de las decisiones más importantes de la vida. Toma tiempo alcanzar la madurez que necesitamos para sentirnos cómodos con nuestra orientación sexual. Una vez que lo logramos, se hace más fácil ser honestos con las personas que nos rodean.
Todos hemos sufrido en algún momento esa angustia. Pero cuando damos ese decisivo paso, nuestras vidas se transforman y casi siempre mejoran.
Salir del clóset como hombre gay o mujer lesbiana es un proceso de toda la vida que comienza en el momento en que te
percatas que sientes atracción por otra persona del mismo género. Una vez que comienzas a comprender que perteneces a la minoría LGBT y a aceptarlo, plantas la semilla para salir del armario.
El proceso de salir del clóset es individual, es decir, difiere en cada persona.
Hay jóvenes en sociedades más abiertas que revelan su orientación sexual en la adolescencia; a otros les toma más tiempo madurar y salen del clóset en la temprana adultez. Y también están los gays que viven toda la vida escondidos o en negación, a menudo tras la fachada de matrimonios heterosexuales, reprimiendo su identidad y deseos debido al estigma que ellos consideran conlleva ser homosexual.
Lo cierto es que, en general, las personas que salen del clóset coinciden en que al hacerlo, se liberan de tóxicas ataduras y se sienten mejor consigo mismas ya que ahora pueden vivir con honestidad. No obstante, salir del clóset implica una serie de riesgos y consecuencias que debes estar dispuesto a enfrentar. Es el precio de la libertad.
El momento más indicado
Frecuentemente, posponemos la decisión porque pensamos que no ha llegado el momento indicado. No existe tal situación como el momento ni la forma adecuados. Ese es un espejismo que nos creamos como barrera por temor a las consecuencias. El factor determinante que nos lleva a abrirnos es la convicción de estar preparados para salir del clóset.
Como cada experiencia es diferente, cada persona se siente lista en un momento distinto, dependiendo de sus circunstancias y madurez. Para entonces, la semilla debe haber florecido y la persona debe estar agotada de mentir y esconder su identidad.
El proceso no es homogéneo ni instantáneo, sino que existen varios niveles progresivos: salir del clóset con uno mismo, los amigos, la familia y la sociedad.
¿Deseas sincerarte pero desconoces si estás listo?
A continuación, una lista de afirmaciones que pueden ayudarte a determinar si estás preparado para salir del clóset:
1) Estoy cansado de mentir y de que me vida sea un espectáculo
Una mentira atrae otras mentiras y cuando te das cuenta, después de varios años fingiendo, ya no sabes qué inventar. Esto genera ansiedad y miedo a ser descubierto. Eventualmente, te agotas de vivir con falsedad.
2) Estoy dispuesto a pagar el precio de ser honesto
Revelar la orientación sexual puede ganarte el rechazo de algunas personas, incluso de seres queridos como tu esposa si estás casado. Si te rechazan por ser gay, entonces no te quieren de verdad porque el amor y la amistad son incondicionales. Debes estar resuelto a tal vez sacrificar esas relaciones.
3) Mi familia tiene derecho a saber quien soy
Vivir dentro del clóset genera una serie de rumores, sospechas y burlas que afectan a tu familia. Si deseas tener una relación sincera y cercana es necesario ser transparentes. Si tienes hijos, merecen saber la verdad.
4) Tengo una relación sólida con una pareja y ya es hora que los demás se enteren
Para mantener la fachada de heterosexual has dejado abandonado a tu parejas cuando asistes a un evento familiar o del trabajo, o si van juntos sostienes que se trata de un amigo. Pero es imposible tener una relación de pareja plena y abierta si escondes a quien amas.
5) Tengo derecho a ser feliz
Has vivido miserablemente al no ser auténtico con tal de actuar para satisfacer las expectativas de otros. Con el tiempo, sientes que llegó el momento de ser honrado y de estar en paz contigo mismo.
Si concluyes que te sientes preparado, estos consejos pueden ayudarte a concretar tu meta.
Escribe una lista de personas y enumera tus ideas
Salir del clóset puede parecer un proceso abrumador y para muchos es un proyecto complicado porque está
en juego el futuro de varias relaciones personales y familiares. Al igual que cualquier otra decisión importante que tomas en la vida, debes reflexionar y planificar cuidadosamente para que el resultado sea lo mejor posible. Por eso es importante hacer una lista de las personas con las que te gustaría salir del clóset hoy o en un futuro.
Establece un orden de importancia y así tienes una visión de cuántas personas son. Otra herramienta vital es escribir los puntos que quisieras discutir en la conversación. Los puntos pueden varias dependiendo de la persona con quien te abras. No es necesario ni memorizar lo escrito ni leerlo textualmente, simplemente es una guía de referencia que te dará más claridad.
Si aún no estás convencido que estás listo para salir del clóset, estas afirmaciones pueden ayudarte a determinarlo.
Practica con alguien de confianza
Si estás muy nervioso o temes decir lo que realmente no quisieras decir entonces, además de tener tus pensamientos plasmados en un papel, sería bueno que practiques con algún amigo cercano o consejero la conversación que vas a tener para salir del clóset en términos generales. Esto tiene un propósito doble, pues además de sentirte más preparado para enfrentar el difícil momento de la revelación, es posible que la otra persona tenga algún consejo que sea útil o una crítica constructiva que ayude a robustecer tu mensaje.
Si tienes un amigo que ya salió del clóset, entonces él pudiera guiarte si sus experiencias fueron positivas. La ayuda de un psicólogo también es muy valiosa, así como la de un guía espiritual.
Haz ejercicios de afirmación
Antes de salir del armario es recomendable visualizarte a ti mismo haciéndolo, es decir, imaginarte la situación en la que vas a estar y el resultado exitoso que deseas obtener: la aceptación y el cariño de la otra persona. Visualizar un resultado positivo a veces contribuye a lograrlo y, además, puede ayudar a calmarte. Si la reacción es negativa, no dejes que esa experiencia individual opaque tu visión de salir del clóset, sino más bien vuelve a visualizar una reacción positiva.
Los ejercicios de afirmación son repeticiones de pensamientos positivos que contribuyen a crear tu propia realidad; herramientas de transformación personal. Estos son algunos ejemplos de afirmaciones: “Merezco ser amado”; “Ser gay no me hace diferente ni malo”; “Me va a aceptar como persona homosexual porque me quiere como soy”.
Escoge el lugar más indicado para sincerarte
Una vez que te sientes preparado emocionalmente para revelar a un ser querido tu orientación sexual (recuerda que uno nunca se siente 100 por ciento preparado), es necesario escoger el lugar donde decírselo. Es muy importante que el ambiente sea propicio; por eso es preferible evitar bares, discotecas o restaurantes bulliciosos. Espacios de la naturaleza como los parques, la montaña o la playa son adecuados siempre que no haya mucha gente.
Si temes una reacción violenta entonces es mejor hacerlo en un lugar público, pero si crees que personas como tus padres o esposa necesitan privacidad porque posiblemente lloren, es mejor pautar una cita en su casa o en la tuya. Recuerda que en algunos casos la persona con quien vas a sincerarte ya sospecha pero ha estado esperando que lo confirmes. No temas, ten fe en que saldrá bien. Lo estás haciendo por tu propia felicidad y libertad.
¿Cómo decirle a mi esposa que soy gay?
La mujer tiene derecho a saber si su marido es homosexual, bisexual o si está confuso sobre su orientación sexual. Indudablemente que será muy doloroso para ella descubrirlo. Pero es mejor que mantener un matrimonio falso y continuar siendo engañada.
Hay hombres gay que se casan para esconder su orientación sexual o porque son forzados por sus padres y comunidades. Algunos creen que al contraer matrimonio se disiparán sus deseos homosexuales porque anhelan ser heterosexuales.
Otros se casan fidedignamente convencidos de que son heterosexuales y no descubren su atracción hacia otros hombres hasta adentrada la adultez, o incluso hasta la vejez.
Las mujeres por lo general en algún momento comienzan a sospechar que sus maridos no son heterosexuales. Pero prefieren eludir la realidad por temor a la soledad, por proteger a los hijos o porque sus esposos son buenos compañeros y proveedores del sustento.
Los hombres no necesariamente les han sido infieles, aunque en algunos casos sí tienen relaciones sexuales ocultas con otros hombres gay.
Cualquiera que sea tu caso, si te sientes miserable en el matrimonio y tu mujer es infeliz, es preferible salir del clóset y recomenzar tu vida, con la esperanza de que el conflicto de la separación sea lo más leve posible y conserves el amor de tus hijos.
¿Cómo revelarle que eres homosexual o bisexual?
En términos generales, debes ser honesto, compasivo, bondadoso y amoroso. Además, los consejos enumerados a continuación pueden guiarte en tu objetivo, un verdadero reto personal que probablemente afectará a tus seres queridos.
1) No salgas del clóset durante una pelea o como venganza porque ella te haya herido. Tampoco lo hagas durante una fecha importante como el aniversario de bodas, un cumpleaños o día de asueto. Escoge un día regular y un lugar privado donde decírselo de modo que nadie más pueda presenciar su duelo inicial.
2) Revela tu orientación sexual en pequeñas dosis para suavizar el terreno. Primero puedes decir que atraviesas por problemas emocionales serios, y unas semanas después confesarle que tienes dudas sobre tu identidad. En una próxima conversación, habiendo ya creado un buen canal de comunicación, sales del clóset oficialmente. Si también debes ser honesto con tus hijos, sigue estas otras recomendaciones.
3) Practica cómo vas a decirle que eres gay o bisexual, y sal del armario antes con otras personas que puedan aconsejarte si aún desconocen tu orientación sexual, preferiblemente un familiar o amiga cercana de tu mujer que sea de tu confianza. También es recomendable asesorarte con un terapeuta de pareja.
4) Háblale de tus sentimientos con el corazón en la mano y explícale que tu meta no es causarle daño sino mostrarte tal como eres. Comparte con ella la dificultad que has tenido a lo largo de los años en cuestionar tu orientación sexual y deja claro que tu matrimonio no fue un error ni un medio de escape.
5) Si has tenido una relación extramarital o sexo anónimo con otros hombres en lugares de cruising, es importante revelarlo incluso si crees que has sido muy cuidadoso, para que ella se someta al diagnóstico de VIH y otras enfermedades de transmisión sexual, especialmente si te ha sido fiel. Tiene derecho a saberlo para proteger su salud y la de su futura pareja.
6) Ofrécete para ayudarla a comprender tu dilema, llévale materiales que expliquen el significado de la orientación sexual y libros con testimonios de mujeres que han atravesado situaciones similares. Sugiérele terapia individual y de pareja.
7) No esperes que te acepte de buenas a primeras, pues lo más probable es que reaccione con lágrimas, ira, te insulte y hasta te eche de la casa. Por eso es necesario que antes de salir del clóset con tu esposa tengas un plan de escape, es decir, un lugar donde hospedarte los días siguientes y varios cambios de ropa.
Fuente:Redacción / About en español